#103. La imaginación insuficiente
Unas ideas sueltas sobre el frío de la heladera, Ida Vitale y Rosalía.
No siempre puedo escribir sobre lo mismo aunque hay veces que siento que siempre escribo sobre lo mismo. Por ejemplo: fue una buena semana si la pienso desde el sueño, dormí a veces mucho, a veces poco, pero siempre me sentí descansado y enérgico. Aunque no sé si todo esto son palabras que se puedan aplicar a mi vida. Estuve con ganas de hacer cosas. Me levanté muy temprano, me acosté muy tarde. A veces quizás no se trate de la cantidad de horas de sueño. Pero no sé de qué otra cosa podría tratarse. Escribo sobre el sueño para poder escribir.
Una noche, creo que el jueves pero también podría ser el miércoles, me desperté en la mitad de la noche y fui hasta la heladera para tomar agua. Cuando la abrí la luz me encandiló y me acordé de un momento de mi vida en el que pensaba todo el tiempo en lo de un chico que después se suicidó. Tenía 14 años, todavía no había leído Los suicidas del fin del mundo, ni siquiera tenía muy en claro lo que era un suicidio o la muerte. Pero esa historia se quedó conmigo y aparece cada tanto, a veces de manera más obvia, como cuando leo una noticia de un chico que se suicida, o cuando vuelvo a mi ciudad y el clima me invita a la angustia, y a veces viene porque sí.
Abrís la heladera y ahí está la historia. Ese frío.
Vi un documental muy bonito sobre Ida Vitale, una poeta uruguaya hermosa y vital (tiene 99 años), que está ahora de invitada en la Feria del Libro. Lo recomiendo mucho, tienen momentos muy luminosos y tiernos, en especial algunas escenas cerca del final, cuando Ida -que ya parece haberse olvidado de la cámara- dice que la infancia es como una esponja que hay que aprovechar, no exprimir, sino llenar. Después va a una escuela y los chicos la rodean: todo es extraño en esas imágenes. Está filmado como en sepia, al principio parece raro pero después le da un toque onírico que funciona.
Leí en una entrevista que la directora filmó durante tres años y para ordenar y editar el material se inspiró en un libro de Ida que se llama Léxico de Afinidades:
El mundo es caótico y, por fortuna, difícilmente clasificable, pero el caos, materia susceptible de convertirse en maravilla, ofrece, como cualquier teogonía demuestra, la tentación del orden. Vivimos buscando el sistema mejor de organizarlo todo, para entenderlo, al menos. Mientras no llegue el único irrebatible, el más inocente es el alfabeto.
El libro, entonces, es una especie de abecedario que va encadenando palabras que son también historias. Empieza con Abracadabra “para empezar, la magia”, dice Ida. Me gusta definir a los textos como sistemas que tienen su propia lógica.
En la película Ida está leyendo un discurso, trata de explicar algo, y de repente suenan unas campanas. “Uno llama azar a su imaginación insuficiente”, se lee después.
Cuando Rosalía juega con su abecedario me pasa algo así como cosquillas en la panza cuando llega a la M y repite cuatro veces “motomami”. Eso, más una risita final, como si festejara una travesura. A veces, cuanto más obvio es algo menos lo entiendo.
Compré el libro del que hablaba antes en la Feria. Dejo una pequeña advertencia: en el stand de Uruguay cuesta algo así como 7000 pesos, pero está también en el del Fondo de Cultura Económica a $3900. Supongo que Lacalle Pou no se va a ofender con mi comentario capitalista.
Tuve un jefe muy querido, me enseñó mucho de un modo extraño. Lo escuché muchas veces repetir sus anécdotas de la época de oro del periodismo, finales de los 80 y durante los 90. Llegué a odiarlo, o no sé si odiarlo pero si me fastidiaba su posición entre nostálgica y épica.
Una vez contó que estuvo al borde de la muerte, o incluso clínicamente muerto culpa de un infarto. Habló de una sensación de paz, de un viaje en canoa y de unos hipopótamos azules que habían aparecido en su vida algunos días antes de infartarse. Una señal. “El hipopótamo William”, dijo entonces, y habló de eso, de señales, del cuidado de los dioses, del destino. Pero ahora relataba esto como si fuera otro, un hombre común y también un gurú.
Yo reescribí todas sus anécdotas, todos mis prejuicios, incluso mis experiencias anteriores. Abrí la heladera y esa noche vi también un color azul, algo que estaba ahí.
Como se llama el documento de Ida Vitale y en que Plataforma se puede ver?